viernes, 11 de abril de 2008

LA ILUMINACIÓN

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Cuantas veces los que creemos en el más alla y en que hay verdades que no estan al alcance de nuestros ojos, hemos soñado y pedido que nos guien para tener sabiduria y conciencia de nuestra verdadera esencia, de encontrar el camino hacia la iluminación, para encontrar el verdadero sendero marcado por nuestro destino, tenemos la incertidumbre de averiguar los secretos del Universo, tan guardados para nosotros. A menudo estamos mas pendientes de todo ello que de disfrutar de lo que tenemos en la Tierra, hay que encontrar el equilibrio, ya que estar demasiado pendientes de algo nos quita la posibilidad de conocer los demás secretos que existen.
Lo que expongo a continuación es una pequeña historia que viene en uno de mis libros más preciados. Espero que os guste y saqueis una buena enseñanza de él.


Había una vez un peregrino que fue a la cueva de un santo Chamán. Queria preguntarle cuantas reencarnaciones le faltaban para alcanzar la iluminación y no tener que nacer nuevamente en este mundo. Caminando hacia la cueva, se encontró con un campesino que contemplaba la tierra que pensaba arar.¡Eh! capesino- le espetó- ¿quieres que le pregunte al santo Chamán, el número de vidas que te faltan apra alcanzar la iluminaciòn, y así no tener que bajar más al mundo?- Bueno- dijo el hombre mientras comtemplaba las nubes y las montañas. El peregrino siguió caminando hasta que encontró a un yogui que meditaba ante una cascada. -¡Eh! Yogui- le grito.-No me molestes, que estoy recitando mis mantras- contestó molesto. - Perdona, pensé que te interesaría que le preguntara al santo Chamàn por el número de vidas que te faltan para alcanzar la iluminación. - Claro, por favor, estoy trabajando mucho para que ésta sea mi última vida en este mundo, te lo agradecería mucho. El peregrino visitó al Chamán y , a su regreso, el ansioso yogui le aguardaba entre mantra y mantra. - ¿Cuantas vidas me faltan? - preguntó nervioso el yogui. - El Santo Chamán dijo que dos. -¡Ay!........¡Cuantas! . Voy a trabajar más y más deprisa a ver si en una lo logro. Disculpa, voy a recitar mis mantras. "Omanipasme om, Omanipasme om, Omanimepasme om " ¡Dos vidas! ¡que lastima! Omanipasme om...........El peregrino se alejó mientras escuchaba los mantras del yogui. Poco después, encontró al campesino trabajando la tierra. -¡Eh, campesino!_¿Si?-Le pregunté al santo Chamán. - ¡Ah! y ¿cuantas vidas me faltan?- Trescientas sesenta y cinco. -¿Trescientas sesenta y cinco?-Si.......- ¡Que bien! con lo bonita que es la vida. En ese momento, el campesino alcanzó la iluminaciòn.

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